THC CON FLORIPONDIO

Quién se imagina a veces que dentro de la naturaleza se encuentran tantos tipos de sustancias alucinantes, una tarde de escolar en la típica plaza que nos refugiaba, el cerro santa lucia ¿a qué “volao´” no acogió tantas veces para enrollar un smoking y un cogollo o un porrito en su defecto?
Junto a una amiga salimos del colegio compramos un bajón, cigarros, juguito y un papelillo, directo al cerro a volarse, teníamos un cogollo y unos molidos de esa planta que escuche tantas veces que se tomaba con tecito, está vez me la fume mezclada con la natural. Nunca más en mi vida me sentí más en la rama que esa vez, sentía que flotaba entre la gente, caminaba por los edificios y veía a toda la ciudad como en una maqueta, autos pequeños, personas caminando como una línea de hormigas que recolectaban alimento, pero ellos iban sumergidos en su interior, recordando quizás problemas o alegrías, rutina o quién sabe, todo se me pasaba por la cabeza en un segundo, mil pensamientos distintos tenía en mente y sentir que caminaba y que no era por inercia, sentía que la sangre me corría por las venas, pensaba y observaba la sociedad y trataba de ver mas allá de lo que se ve internándome inconscientemente en sus expresiones para tratar de adivinar lo que pensaban. Bajo un track reggae a tono con la situación viaje por Santiago hasta mi casa, cuando llegue me acosté a dormir para que no se dieran cuenta de mi estado volátil, pero resulto que dormí volada y desperté en la misma. Nunca olvidaré este canuto y las sensaciones que me causo.